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miércoles, 18 de septiembre de 2013

lunes, 16 de septiembre de 2013

Bob Dylan sorprendido por Joe Boyd

Buscaba un lugar donde dejar mi abrigo antes de ir a buscar una bebida y entré en un pequeño dormitorio. Vi a dos chicas sentadas en el suelo y escuché el rasgueo de una guitarra tras la puerta. Cuando dejé mi abrigo en un rincón, una voz comenzó a cantar:

¿Dónde has estado, hijo mío de ojos azules? ¿Dónde has estado, mi querido muchacho?

Caí fulminado al suelo como si me hubieran golpeado por sorpresa. Mientras duró la canción, permanecí inmóvil, atónito, emocionado hasta casi las lágrimas. (Esto ocurría unos meses después de la crisis de los misiles en Cuba.) En cuanto acabó "Hard Rain", empezó con "Masters Of War". En la pequeña habitación, la voz nasal y el quebradizo rasgueo de Dylan te envolvían, no podías pensar en otra cosa. Acabó la canción, le pidió a una de las chicas que le vigilara la guitarra y salió en busca del lavabo. Se había acabado mi escepticismo regional respecto a Dylan.

Fragmento de Blancas bicicletas, Joe Boyd